sábado, 2 de febrero de 2008

El Cura Silva denuncia todo este escándalo como un montaje para desacreditar a Benposta, que mantiene un contencioso con la Xunta por un proyecto inmobiliario que afecta a la Ciudad de los Muchachos. Silva califica el asunto de los malos tratos como una “caza de bruxas”. Para el alcalde de Benposta, Antonio Apolinar, se trata de especulación salvaje. “Hay mucho dinero en juego y el objetivo es achicharrarlo -dice- desprestigiando, acosando y derribando” con la ayuda valiosa de la prensa. El litigio está dañando la economía de Benposta: todas las instituciones en manos del PP han congelado sus ayudas: 15 millones de pesetas de la Deputación da Coruña, 10 de la de Ourense y 2,5 del Concello de Ourense. Fraga conoce al Cura y sabe que las silvas son difíciles de cortar. Porque en Galicia una silva es una zarza.
El origen de todo está en la venta que Silva hizo a la Xunta de Fernández Albor, en 1985, de 10 hectáreas, una cuarta parte de sus terrenos, venta necesaria para afrontar una deuda que ponía en peligro la supervivencia de Benposta. El Cura cobró lo necesario para cubrir la deuda, 82 millones de pesetas, cuando su precio de mercado era de 300. A cambio la Xunta se comprometió a construir allí una zona comercial, un grupo escolar y 380 viviendas de protección oficial.Quince años después, antes de las últimas elecciones municipales, la Xunta anunció una inversión de 9.000 millones para trasladar a Benposta el céntrico estadio do Couto. El compromiso con Silva es papel mojado. El Bloque Nacionalista Galego ve un claro paralelismo entre esta serie de demandas “apoiadas pola Xunta e o conflicto urbanístico que Benposta mantén coa Administración”. Demandas de las que han salido siempre absueltos. En la sombra, un personaje clave: José Luis Baltar, residuo del antiguo régimen que, desde sus cargos de presidente del Club Deportivo Ourense, la Diputación y el PP de Ourense, distribuye los beneficios del negocio. En connivencia con el alcalde, Manuel Cabezas, Baltar planea construir en el céntrico solar de O Couto 400 viviendas, dos aparcamientos y edificios administrativos.
La Xunta intentó entrar en la finca. Los de Benposta se enfrentaron al medio centenar de policías allí desplazados. La justicia le dio la razón a Silva. Los sindicatos policiales criticaron el uso de las Fuerzas de Seguridad con fines políticos. Poco después aparecía la primera demanda.
Los ourensanos siguen este sainete estupefactos, sin creer ni aceptar que Baltar pueda hacer desaparecer Benposta, casa central de una organización con sucursales en media Iberoamérica. Éstas están presionando a sus gobiernos para que intervengan utilizando los vínculos que la Xunta tiene con países donde la colonia gallega es tan numerosa. En Madrid, antiguos niños de Benposta han formado una plataforma de apoyo. El personal docente de Benposta ha denunciado reiteradamente en la prensa la operación. En Ourense se creó una Coordinadora Pro-Benposta, que ha recogido más de 16.000 firmas de apoyo a la Ciudad de los Muchachos. La coordinadora, para quien Benposta “é unha parte inseparable do noso pasado, do noso presente e tamén do noso futuro”, está compuesta por los partidos BNG, PSdeG y EU, las centrales CIG, CCOO, Unións Agrarias y UXT, y la asociación Contrafío. En junio 15.000 ciudadanos (Ourense tiene alrededor de 100.000 habitantes) asistieron a una manifestación de apoyo y gratitud a Benposta.Una gratitud que empezó a serle pagada cuando Silva recogió el premio Rafael Bárez, en reconocimiento a su trabajo, de manos de la Asociación Xustiza e Sociedade de Galicia, compuesta por profesionales del mundo judicial. O antes, cuando fue propuesto en tres ocasiones para el premio Nobel de la paz por países como Israel o Japón. La Xunta de Fraga reaccionó a finales de junio creando una comisión investigadora por la que desfilaron media docena de conselleiros, y que la oposición utilizó de un modo un tanto oportunista. No hay resultados.El Circo de los Muchachos es embajador de Galicia en el mundo desde mucho antes que Julio Iglesias, y sin cobrar. El mejor embajador, porque su trabajo es de denuncia, de decirle a todo el que los vea trabajar: esto es lo que podemos llegar a ser. Porque han viajado más que el propio Fraga, pero de otra forma. Los de Benposta tuvieron que vérselas con él cuando era ministro de Franco, sufrir la censura de sus métodos, el desprecio de sus fines, el miedo a sus logros. Para la clase alta ourensana, caciques en fase de renovación, Benposta era un amenazante bastión libertario que asomaba en el horizonte durante el paseo dominical.El escritor Xosé Lois Méndez Ferrín se pregunta: “A Besteiro, o fiscal García Malvar, Marisa Davison do Salvador, o misterioso Mare Mataheru da Fundación Van Leer e O Correo Galego estarían tan interesados no modelo educativo de Benposta se ela non costituíse un obstáculo prá operación especulativa do Campo de Fútbol de Ourense?”. Más fino hila el portavoz del PSdeG, Antonio Troitiño, quién opina que “detrás de este asunto no está el litigio por unos terrenos, sino un problema político de fondo contra una organización que defiende las libertades”.Tanto es así que se ha hecho corriente encontrar en países de toda Iberoamérica a antiguos benposteños liderando algún tipo de movimiento social con ansias de cambio. Abelardo Basdén grita desde su trapecio: “Estoy aquí por cimarrón, por rebelde y por incómodo”. Benposta, rebelde también, no quiere moverse. Su nombre lo dice: ben posta, es decir, bien puesta.

La verdad sobre la propiedad y titularidad de la Finca Benposta.

 
http://galeon.hispavista.com/benposta/laverdad.htm